Hay gente que puede... y gente como vos...

Cada vez que empiezo un post lo hago por el título. Sé que no es lo correcto, que cualquier literato que se precie sabe que el título surge al final de la escritura, cuando el autor extrae un esbozo de aquello que escribió... No es mi caso, me gusta empezar por una frase que yo sé que se relaciona con lo que pienso relatar y que me da el puntapie inicial. Muchas veces termina teniendo sentido para el que lee recién en el último párrafo, pero no para mí con mis dedos volando por el teclado, la cabeza llena de ideas y un "destino final"...
"Hay gente que puede... y gente como vos..." No me lo dijeron a mí, sino a Pablo mi compañero de trabajo. Más exactamente su ex-mujer antes de separarse y despues de un desafortunado evento de infidelidad. No me lo dijeron a mí... pero a veces siento que me cae a la perfección...

Me fui de viaje de egresados cuando con Mariano llevabamos poco menos de dos años juntos. Para ese entonces yo ya me venía planteando nuestras diferencias, había empezado a olvidar aquello que nos unía y a notar lo que nos separaba. Mariano enfrentaba una tremenda crisis vocacional... el arte y la creatividad eran lo suyo, pero en la Argentina de los 90 hacer algo que te diera, lo más rápido y simple posible, dinero y status era clave... (a decir verdad es la clave desde que el mundo es mundo) Con ese panorama Mariano estaba... peleado... por así decirlo, con Buenos Aires... Nada lo convencía, sabía lo que queria hacer pero las oportunidades no abundaban, especialmente para un chico de 20 años. Debo reconocer que parte de su crisis tuvo origen en mí... el arte me encanta y siempre fue una veta que admiré en él pero nunca (hasta ahora...) consideré la posibilidad de dedicarse seriamente a él. No entraba en mi cabeza que alguien no quisiera estudiar una carrera universitaria, algo forma y convencional... Y se lo hacía notar...
Años despues, cuando me enteré de su exito en el medio artístico entendí mi error...
En fin, volviendo al mítico Bariló... Fue mi estreno como viajera sin mamá ni papá, mi liberación del novio que iba a venia conmigo a todas partes, mi primera sensacion de que ya era adulta... y mi primera infidelidad... Nada original, la mayoría de las chicas y chicos que viajaron a Bariloche de novios terminaron así... Si hubiera sido la única vez en mi vida que lo hice no sería llamativo... Bariloche siempre fue para romper las reglas... Pero hoy, despues de mas de 15 años, las cosas siguen igual... gente que definitivamente no puede aunque quiere... como yo...
Me hice de la partida sin problemas, con un compañero de clase que cultivaba el espíritu tradicionalista, sin crisis vocacionales y con los objetivos bien apuntados hacia la educación formal, la política, las ciencias sociales y la cultura en general... Otro bicho raro... pero bastante mas parecido al bicho que escribe (que por cierto es extremadamente raro...)
No prosperó la nueva pareja... ¿demasiado parecidos tal vez? Cuando volvimos a Buenos Aires la seguimos un poco pero nada que empiece como empieza todo en la alcohólica localidad del Sur suele seguir un curso normal... Sé de algunas excepciones, pero no son más que eso... las menos...
Así fue como decidí seguir con mi novio Mariano... casi por inercia... casi por no saber como decir basta... tambien era mi primera vez en esto de no saber como-se-hace-para-estar-sola...y bien...